miércoles, 6 de mayo de 2009

Desde el comienzo

La idea de meterme en el tema de las dietas y los carbohidratos, comenzó el día en que me diagnosticaron Diabetes Juvenil. (tipo 1 insulinodependiente)
Recién había cumplido los 19 años, y jamás había hecho una dieta y aún no se me pasaba por la cabeza, dar una pizca de restricción a este placer culpable.

No es mucho lo que se nos informa de la Diabetes; de sus diferentes tipos, ni cómo convivir con esta enfermedad.
Lo que sí estoy segura que es un proceso familiar donde todos debemos aprender acerca de esta nueva forma de vida.
Y así lo hizo mi familia; donde las clases prácticas con la típica enfermera experimentada, nos enseñó como poner una inyección, a cómo preparar los pisco sour light, para no convertirte en una pseudo amiga-veterana que se le vinieron los años encima, y que después nadie más la llamó.

Del -"no se preocupe mijita, sino es tan terrible",no sólo lo ibas a escuchar esa vez, sino que ibas a terminar diciéndolo cada vez que la vieja mala onda te dijera -"Ihhhhh! pero y tan jovencita??"
Con esa mirada vaticinadora de un futuro negro e incierto.
El -"No puedo, soy diabética"; era una especie de conjuro maléfico, para todas esas miradas curiosas, que esperaban que ésta joven arrojara las 7 pestes del infierno y que a cada uno le cayera la maldición diabética sobre sus vidas.
Bueno, ahora, con los años, la impresión de las personas ha cambiado. Cada vez hay más información acerca de esta 7ma peste; que pasó de ser peste a ser una "enfermedad de la gente gorda".

Pero no nos daremos por vencidos, seguirémos enseñándole a esas personas que creen que "no pueden comer pan, porque hace mal". ¡Que no es así! El pan no hace mal y que no todos los diabéticos somos gordos (eso creo yo), que no todos vamos a terminar cojos después de los 40, y que la diabetes NO ES UNA PESTE que se pega -"como le pasó a mi abuelita Juana, que sino se hubiese metido con Dn. Pedro no tendría esa cosa".

Y así continuó mi camino lleno de anécdotas bizarras, basadas en la desinformación, que al final se convirtieron en mitos populares, que traspasaron clases y edades.
Hasta que surgió la idea de crear una "pequeña ayuda",gracias a una visita al cine, donde la discriminación dulce se hizo presente y tuve que eliminar la tradición de la bebida y la comida, como fiel acampañante de esas sesiones fílmicas.
Esta "pequeña ayuda" nació de la idea, de empezar a cocinar Mis propias cosas dulces, de complacer Mis propios antojos azucarados y asegurarme de que tuvieran los ingredientes correctos, para no tener que acudir a la abstinencia total de los chocolates, galletas y queques para diabéticos, que más temprano que tarde, terminaban provocando una hiperglicemia no deseada.
Y así surgió también la idea amiga, de comenzar a "vender" estos queques y estas galletas, cocinadas especialmente para diabéticos. Con el 100% de confiabilidad de no sufrir una hiperglicemia, y así dar una mayor libertad para complacer estas costumbres, que sin importar el estilo de vida y de alimentación, siempre están latentes en nuestros apetitos.